Jesucristo, Palabra del Padre,
Luz eterna de todo creyente:
Ven y escucha la súplica ardiente,
Ven, Señor, porque ya se hace tarde.
Cuando el mundo dormía en tinieblas,
En tu amor tú quisiste ayudarlo
Y trajiste, viniendo a la tierra,
Esa vida que puede salvarlo.
Ya madura la historia en promesas,
Sólo anhela tu pronto regreso;
Si el silencio madura la espera,
El amor no soporta el silencio.
Con María, la Iglesia te aguarda
Con anhelos de esposa y de Madre,
Y reúne a sus hijos en vela,
Para juntos poder esperarte.
Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
Que podamos salir a tu encuentro
Y a tu lado vivamos por siempre,
Dando gracias al Padre en el reino.
Amén.